lunes, 25 de enero de 2010

Punto de no retorno.

Caen las cenizas como si estuvieran diciéndome adiós. Y la brisa nocturna hace que todo parezca aún más irreal. Ya no puedo llorar... El fuego que arde delante de mí evapora cada una de mis pequeñas lágrimas. Y mientras, mi casa se quema y con ella se queman mi vida, mis recuerdos, mis pertenencias, mi lugar de refugio... Qué voy a ser yo a partir de ahora... Qué seré... Si ya no me queda nada. Si tampoco estás tú para no dejar que se me olvide. Supongo que a partir de hoy puedo irme para no volver.
Porque nada me ata.
Y nada me espera.

Ginie

1 comentario:

  1. ¿Un poco triste no? Siempre hay alguien/algo que te espera, a veces parece que está todo perdido pero el tiempo te demuestra que con ese pensamiento lo único que haces es posponer el encuentro con lo que nos espera. Cierto es que a veces perdemos absolutamente todo (incluso la esperanza, y es lo último que se pierde) pero siempre podemos reconstruirlo de alguna manera y ser muy felices con nuestro trabajo. (Lo digo por experiencia propia y se lo digo al personaje del cuento, que esperemos, no seas tú :P) Besos!

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